El líder del partido Carlos Paz Despierta, Emilio Iosa, presentó un proyecto de investigación en el Ministerio de Salud de la Nación cuya finalidad es determinar si el agua del lago San Roque posee marcadores del virus que provoca el Covid-19 en los efluentes cloacales que terminan depositándose en el lago San Roque.
Con el argumento inicial de que sólo un 27 por ciento de la ciudad cuenta con cloacas y, además, las únicas ciudades de Punilla que tienen tratamiento de efluentes cloacales son las del centro del departamento (La Falda, Valle Hermoso, Huerta Grande y Villa Giardino), el excandidato a intendente presentó un proyecto con el aval de los docentes Julio Enders y Ruth Fernández para determinar si el lago tiene rastros de coronavirus.
En su argumentación, Iosa señaló que el virus es “excretado vía fecal por portadores asintomáticos”. Y que es posible encontrar su rastro en aguas residuales de “poblaciones infectadas”.
Investigaciones similares ya se iniciaron en distintos puntos del mundo y en la provincia de Mendoza. Lo que no se sabe aún es si la presencia del SARS COV2 en el agua residual y recreativa representa un riesgo para la salud.
“Lo que no se sabe aún es si la presencia del SARS COV2 en el agua residual y recreativa representa un riesgo para la salud”.
Buscar marcadores en el lago
En diálogo con Carlos Paz Vivo!, Iosa señaló que el coronavirus es un anexo a un proyecto de investigación que se está evaluando desde hace tiempo y que se basa en un monitoreo periódico y accesible de marcadores de contaminación fecal en el lago. “Durante la pandemia entramos en contacto con gente de otros países que empezó a medir marcadores de SARS-COV2, que es el virus del coronavirus que provoca la enfermedad, y nos damos de que muchos investigadores proponen la idea de que es un muy buen marcador para saber el porcentaje de población que puede estar infectada”, explicó Iosa.
Y acotó que también se puede determinar la zona georeferenciada al saber de dónde vivene el agua residual.
“El virus prefiere el sistema respiratorio pero también infecta el sistema digestivo sobre todo en niños, que son asintomáticos”, dijo y acotó: “Esto permite que muchos días antes de que aparezcan personas positivas con hisopados que tiene que hacer el Gobierno en personas con síntomas, puede el virus aparecer en el agua y se puede trabajar con ese dato a nivel poblacional”.
Iosa aseguró que esta investigación se está realizando en 15 países. “En Estados Unidos dio muy buenos resultados. Se detectó que el coronavirus infecta el sistema digestivo y es excretado vía fecal y se detectó que podía haber en aguas residuales y eso quedó demostrado”.
“Lo que queremos hacer es algo muy sencillo: el lago es muy particular porque es el reflejo de toda la cuenca, de la norte, sur, oeste y como tenemos cuatro afluentes importantes (Los Chorrillos, Cosquín, Las Mojarras y San Antonio), podemos detecta afluentes de toda la cuenca”, expresó.
“Muchas de las aguas residuales van a parar al lago crudas y podemos inferir que pacientes asintomáticos pueden enviar coronavirus al agua residual y a la planta de tratamiento”, remarcó.
Aval científico
Iosa contó que se contactó con los docentes de Ciencias Médicas y que la idea les pareció innovadora.
“El agua estaría delatando casos ocultos y asintomáticos”, dijo Iosa y agregó que se podrían conocer otros marcadores de contaminación fecal como los enterovirus que “se dedican a colonizar el sistema digestivo”, aseveró.
“Hay una tabla del Ministerio de Salud de la Nación para uso de aguas recreativas que es muy importante a nivel ambiental porque se pueden extrapolar los niveles de riesgo que podés tener al meterte al agua”, expresó y agregó: “La hipótesis nuestra es que existe un riesgo”.
La propuesta de investigación es la toma de muestras en distintos puntos de la cuenca del San Roque para determinar si está presente el coronavirus en el agua del embalse o la que llega a éste a través de sus afluentes.